Los sustitutos (publicado en www.paginasdigital.es)
VÃctor Alvarado
El creador de pelÃculas como Terminator 3 (2003) nos presenta una honesta producción de ciencia ficción, basada en la novela gráfica de Robert Venditti. Un largometraje que no abusa de escenas de acción gratuitas.
La historia gira entorno a una sociedad que delega su actividad en unos clones robóticos. Sin embargo, todo parece maravilloso hasta que se cometen una serie de crÃmenes que los agentes Greer y Peters investigan, puesto que encuentran que los cuerpos humanos y sus réplicas cibernéticas han sido asesinados y destrozados respectivamente, mientras tanto un grupo de rebeldes se enfrenta a una civilización adormecida como consecuencia de su dependencia de los sustitutos.
En lo referente a los actores, el papel de Radha Mitchell nos parece bastante insÃpido e inexpresivo a pesar del interesante trabajo realizado en El milagro de Henry Pool (2008), en el cual demostró ser una buena actriz. Por otra parte, el actor Bruce Willis interpreta las dos caras de un mismo personaje. En su versión humana, el personaje está muy bien diseñado, cicatriz incluida, mientras que en su versión autómata, el peluquÃn, que utiliza, nos parece matador.
El argumento, aunque recuerda a las novelas de Ray Bradbory y a Un mundo feliz del escritor Aldous Huxley o a pelÃculas como la Isla (2005) y La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), presenta aspectos interesantes, que merecen la pena ser analizados:
En primer lugar, el trabajo del cineasta demuestra que el ser humano se deteriora cuando se pone al servicio de la ciencia sin tener en cuenta la ética.
En segundo lugar y como dato curioso, el autor de la novela, en la que se basa la pelÃcula, se inspiró en un libro de sociologÃa, que recopilaba datos sobre un estudio de los primeros videojuegos comunitarios. Por esta razón, esta cinta es una crÃtica de lo que podrÃa pasar a la sociedad actual si se encierra en sà misma, alejándose de las relaciones sociales, porque, como sabemos, cada vez el hombre es más dependiente de las tecnologÃas y de las drogas. Por tanto, se habla de la necesidad del ser humano de relacionarse y de enriquecerse del trato con los demás para encontrar la ansiada felicidad.
Finalmente y en tercer lugar, nos parece original el planteamiento del cineasta Jonathan Mostow de que los hombres confÃen plenamente en robots para que les solucionen la vida. Lo que servirÃa para explicar qué le sucederÃa a una sociedad hedonista y consumista que se hartara de disfrutar y facultase a máquinas para no afrontar la vida con sus alegrÃas y sus penas.